lunes, 11 de julio de 2011

Así sin miedo...

...lo malo se nos va volviendo bueno. Esto dice una canción que me encanta y que sale a mi mente cuando estoy en las situaciones decisivas de mi vida. Esta, la que cuento hoy no es una situación decisiva como mudarse de un país a otro, comprar una casa o terminar una relación. Pero es tan decisiva como aprender a volar con los ojos abiertos y cerrados, la decisión de no tener miedo.

Todo comenzó con un sueño, no se si saben pero llevo un diario de sueños. Este diario no tiene ninguna temporalidad, voy anotando los sueños que me parecen relevantes y que me gustaría recordar. Estos sueños que cuento ahora sin embargo no los anoté en el diario pero los tengo bien grabados en la memoria.

1. Voy cruzando el puente Duarte cuando algo pasa, se cae el puente, me quedo del lado oeste sin poder cruzar, tratando de subir desde el agua, tratando de ayudar a todos los que puedo... el sentimiento es ambiguo pero nunca de tragedia.

2. El mismo escenario, la misma situación pero esta vez es algo natural, estoy en ese lado del puente y estoy organizando gente, ayudando y moviendo cosas... estoy clara que todo está bien pero que hay cosas por hacer.

Como este siguieron muchos más, misma situación, mismo escenario.

Otro sueño

1. Voy en el agua, según yo estoy nadando, pero el cuerpo no está mojado. Más bien estoy volando sobre el agua... la sensación es tan placentera que quisiera que durara para siempre, pero en todos casos me pregunto... por que no me mojo?


Que tiene esto que ver con la ausencia del miedo... Hace una semana comencé una clase de canotaje. La clase comienza en el río Ozama, la idea es que en algún momento cuando tengamos más experiencia, iremos a otros lugares e incluso avanzaremos por el río hasta llegar al Cachón de la Rubia. Al salir del pequeño puerto me decía ¨Patricia, en que lío te has metido?¨ y luego al pasar por debajo del puente flotante sentía una cosquillita en el estómago que era como un miedito y una sensación de aventura.... saliendo del flotante y viendo todo lo que literalmente  flota en nuestro río: desde seres que alguna vez fueron vivientes, hasta enseres del hogar. En esa fase, justo en ese momento me sentí como en aquellos sueños: volando bajito sobre el agua, viendo la gente que celebraba con un regueton en la orilla del río, y nosotros como otro animalito más que circula las aguas tóxicas, nos deslizábamos de un lado a otro, con cierto esfuerzo pues esto es un deporte.... pero ahí es cuando aquella canción comenzó a sonar dentro de mi...